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La hostelería del ministro Garzón

Durante la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso el ministro Alberto Garzón que aseguraba que el turismo y la hostelería eran trabajos precarios y estacionales.

El economista se encontraba hablando sobre la diferencia de organización entre Alemania y España. Sus palabras textuales fueron:
"[...]Un país que se ha especializado en sector de bajo valor añadido: la hostelería, el turismo, la importación de productos poco manufacturados,... poco valor añadido, estacionales, precarios. Por ejemplo, el turismo seis meses el hotel abierto los otros seis meses no[...]"

Esas palabras causaron un gran revuelo entre hosteleros y el sector. ¿Pero realmente fue justo que el ministro hiciera este "menosprecio" como considera el sector?
Realmente aunque este artículo sea una opinión, y haya un Garzón implicado. No me llamo Baltasar ni me apellido Garzón para hablar justicia. Por tanto, simplemente la referencia será hacia un análisis.

El ministro nombra el sector turístico y hostelero como precario. Es imposible no conocer a alguien que haya trabajado en hostelería y nos haya contado lo bien pagado que esta este sector y que se ajusta completamente al convenio. ¿Notáis la ironía?.
Estos sectores son dos sectores que como nos explicaron hace unos días en nuestros artículos de casos reales sobre hostelería. El convenio está para sujetar las patas de las mesas cojas. Porque no respetan el máximo legal de horas extraordinarias que tampoco son abonadas al valor correspondiente, trabajos de 7 días a la semana. Salas de eventos pagando desde 40 a 60€ por servicio, que puede llegar a ser hasta una jornada de 12 o 14 horas. Descansos entre jornadas que son una utopía en cuanto a legalidad.
Realmente, si no se considera esas circunstancias precarias. No sé que consideraréis precario en esta vida.
Confío que también habrán hosteleros honrados y legales como en todos los sectores.

La estacionalidad, es evidente que existe tanto en el turismo como en la hostelería. La temporada hostelera no tiene la misma relevancia y genera el mismo tráfico turístico durante todo el año. Incluso, como explica Garzón en sus polémicas palabras, hay hoteles que permanecen durante seis meses abiertos y seis cerrados. Creo que es una circunstancia que ni patronal ni hosteleros deberían de contradecir. La estacionalidad es tanto para los mismos hoteleros como para los trabajadores.
Para mostrar un ejemplo la mejor manera es exponer un gráfico sobre el turismo de Mallorca en el año 2017.

Según el gráfico es evidente que Mallorca percibe turismo durante todo el año. Pero no está reflejado con la misma intensidad. Al analizar nos encontramos ante cinco meses que son, evidentemente, fuertes y de gran afluencia turística (mayo, junio, julio, agosto y septiembre). Existen dos meses de trámite que empieza y acaban la fuerte temporada serían abril y octubre que están alrededor de un millón de visitas. Y durante los meses desde noviembre hasta febrero la isla alcanza cuotas inferiores a 250.000 consiguiendo en marzo un pequeño repunte hasta los 403.125.
Esta curva marca la afluencia turística que desemboca en la hostelería. Refleja de una manera directa sobre los puestos de trabajo. No se puede comparar la temporada alta en el cuál Mallorca recibe el 73'74% de su turismo durante cinco meses con el 7'85% que recibe durante el periodo de temporada baja desde noviembre a marzo. Siendo el 18'37% los meses que hemos nombrado como trámites entre las grandes afluencias y las bajas. Aún así se aproximan más a la temporada alta que a la baja.

El congresista, miembro de Unidas Podemos, esclarece que España se incorpora a la Unión Europea en 1986 con dificultades de incorporarse a un mercado competente de países como Alemania o países del norte con una gran estructura productiva. Y que sus sectores son de gran sector añadido y especializados en productos tecnológicos que permiten mejores salarios y mejores condiciones económicas. España en aquel entonces no estaba preparada para competir y la Unión Europea tiene una falla muy grande que no lo corrige.
Son evidentes las palabras del ministro. En la que compara el alto valor añadido de la estructura productiva y los sectores de otros países con España, y el olvido de la Unión Europea hacia la corrección del mismo.
Por tanto, afirma que España tiene sectores de bajo valor añadido como los que hemos descrito. Respecto a este tema más polémico, la definición es evidente: son los productos cuyo proceso de transformación no requiere muchos conocimientos ni procesos complejos. Muchos sectores que se consideran importantes en España no tienen el mismo valor añadido que los del sector tecnológico, como explica el ministro.

La plusvalía en este sector creo que es bastante evidente. Como sostenía Karl Marx los medios de producción están en manos de una clase social propietaria, en tanto los trabajadores (proletarios) están desprovistos de cualquier pertenencia, lo que los obliga para sobrevivir a vender lo único que poseen, su fuerza de trabajo, percibiendo a cambio un salario. Éste que se recibe no se corresponde con el valor del trabajo realizado, por el contrario, una parte del mismo (la plusvalía) se la apropiaría el capitalista, dando lugar a una acumulación de capital. El salario tan sólo permite reproducir la fuerza de trabajo (los obreros) y con él únicamente se atenderían las mínimas necesidades de subsistencia.
¿Por qué se nombra la plusvalía en este artículo? Es evidente que todo aquello que no se remunera de acuerdo a los convenios colectivos crea una diferencia entre el valor real del trabajo realizado y el valor abonado por dicho trabajo. Esta diferencia se la apropia el empresario, así creando una riqueza producida por la plusvalía generada.
En cuanto nombramos riqueza la definición que intentamos dar no es que por tres trabajadores el empresario va a generar millones. Pero en el caso de la hostelería si les obliga a hacer un total de cincuenta (50) horas mensuales extraordinarias y son abonadas dos (2) euros por debajo del valor. Ese euro se lo apropia el empresario, siendo así a final de mes cien (100) euros por trabajador que consigue mediante la plusvalía.

Por estas palabras Alberto Garzón ha sido señalado con numerosas críticas, algunos sectores exigiendo su dimisión. Tal vez, si el ministro hubiera dicho simplemente "el sector turístico y hostelero es fijo discontinuo". Con esa frase, los trabajadores bajo esta modalidad hubieran entendido estas tres palabras precariedad, estacionalidad y bajo valor añadido.
Pero justamente dijo estas cosas frente a la gente que no suda la camiseta en el chiringuito o en un restaurante de playa en verano.
Tal vez, decir esas cosas frente a las personas que no quieren escuchar las verdades producida por una situación acomodada. Esos que no sudan la camiseta durante el verano. Con mi manera de pensar no quiero que regale nada un empresario, eso si exijo que se valore al trabajador por el trabajo que realiza. En forma de remuneración, derechos y deberes conforme a la legislación actual.

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